A partir de los 40 años la próstata de manera no constante comienza a sufrir cambios que generan un crecimiento que en la mayoría de los casos es de naturaleza benigna, dependiente de la edad y que conocemos como adenoma de la próstata. En un porcentaje menor (entre el 5 y 10 % de la población mayor de 50 años) este crecimiento puede ser maligno dando lugar a un cáncer de la próstata. El adenoma de la próstata aparece en una zona especial de la glándula prostática, denominada zona transicional, que en la próstata normal solo ocupa el 5% del volumen del órgano, el cáncer de la próstata crece en su mayoría en la zona periférica de la glándula.

¿Qué es la próstata?

La próstata es una glándula de secreción interna que se encuentra ubicada por debajo de la vejiga y rodeando a la uretra (conducto a través del cual pasa la orina del interior de la vejiga al exterior) Una de las funciones más importantes de esta glándula exclusiva del varón es aportar nutrientes para la maduración de los espermatozoides.

¿Qué ocasiona el agrandamiento de la próstata?

El crecimiento prostático sea este benigno o maligno puede ocasionar síntomas conocidos actualmente como LUTS (LowerTractUrynarySimptoms) o síntomas del tracto urinario inferior, de intensidad variable (leves, moderado o severos) y expresados como síntomas vesicales, irritativos o del llenado y síntomas uretrales, obstrucitvos o del vaciado.

Los síntomas del llenado se expresan como:

• aumento de la frecuencia miccional,
• micciones nocturnas, urgencia miccional,
• incontinencia por urgencia.

Los síntomas del vaciado se expresan como:

• chorro débil, retardo en el inicio de la micción,
• micción con esfuerzo abdominal,
• chorro entrecortado,
• sensación de vaciado incompleto de la vejiga y
• goteo posmiccional.

¿Cuándo y cómo debe evaluarse la próstata?

Se recomienda una evaluación prostática a todo varón a partir de los 50 años o a partir de los 45 años en caso de existencia de antecedentes familiares de cáncer prostático.

Cuando realizamos la evaluación prostática tenemos en cuenta 2 aspectos:
1) el tipo de crecimiento de la glándula (benigno o maligno),
2) la alteración en la calidad de la micción (obstrucción urinaria) que genera LUTS

1) En el caso de la evaluación del crecimiento prostático se efectúa un tacto rectal que permite evaluar el tamaño, la sensibilidad, la presencia de nódulos y fundamentalmente la consistencia, y la determinación de un marcador presente en la sangre llamado antígeno prostático específico (APE o PSA en ingles). De acuerdo a los resultados del tacto rectal y el valor del PSA se sugerirá control o una biopsia prostática.

2) En el caso de la evaluación de la alteración en la calidad de la micción está será llevada a cabo:

a) por la determinación de la presencia de síntomas con un interrogatorio y muchas veces utilizando cuestionarios de autorrespuesta como el índice de score prostático de síntomas (IPPS en inglés)

b) por una flujometría urinaria, método que consiste en la emisión de orina en el interior de un recipiente conectado a un equipo que arroja un registro o curva de micción que puede inferir la posibilidad de una micción anormal.

c) una ecografía renal y vesicoprostática abdominal para evaluar la anatomía del árbol urinario superior e inferior, la presencia de cálculos, quistes, tumores y de residuo posmiccional.

¿Cuáles pueden ser los resultados de una evaluación prostática?

De la evaluación que demuestre la presencia de un crecimiento prostático benigno surgirá la indicación de control periódico anual, de un tratamiento médico o de una cirugía de la próstata (extirpación del adenoma de la próstata). Es importante aclarar que la extirpación del adenoma de la próstata no evite el desarrollo de un cáncer prostático, por lo que todo paciente operado de la próstata deberá continuar con sus controles periódicos.
De la evaluación que arroje la presencia de un cáncer de próstata surgirá la necesidad de determinar si el proceso esta localizado a la glándula o ya excedió sus límites para realizar un tratamiento que podrá ser quirúrgico, con rayos o con medicación que bloquea las hormonas masculinas.

¿Cuáles son los riesgos de no hacer una evaluación prostática?

Los riesgos son no detectar precozmente un cáncer de la glándula lo cual disminuye las posibilidades de tratamiento radical.
Los riesgos por la obstrucción que puede generar son las complicaciones frecuentes como infecciones urinarias a repetición, retención urinaria, el deterioro de la función vesical, la dilatación de los riñones y la insuficiencia renal.